Vitoria enciende sus cámaras: la Zona de Bajas Emisiones arranca el 15 de septiembre

Las cámaras para el control de las zonas de bajas emisiones de Vitoria ya están instaladas.

Vitoria-Gasteiz está a punto de entrar en una nueva era en materia de movilidad urbana. A partir del 15 de septiembre, la capital alavesa activará simultáneamente dos medidas que marcarán un antes y un después: la entrada en vigor de su primera Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y la ampliación del sistema OTA a cinco nuevos barrios.

Con estas decisiones, el Ayuntamiento se suma a otras capitales vascas como Bilbao o San Sebastián en la aplicación de restricciones al tráfico más contaminante, aunque lo hace con una fórmula más moderada que ya ha generado tanto apoyo como controversia.

El despliegue de la ZBE afectará al área central de la ciudad, englobando el Casco Viejo y parte del Ensanche. Ya están operativas las 36 cámaras de vigilancia que se encargan de controlar el acceso de vehículos a esta zona restringida.

Estas cámaras, distribuidas a lo largo de un perímetro que incluye calles como San Ignacio, La Paz, Portal de Arriaga o Siervas de Jesús, captarán las matrículas de todos los vehículos que ingresen y las cruzarán con la base de datos de la Dirección General de Tráfico.

A partir de ese cruce se determinará si el vehículo cumple con los requisitos ambientales exigidos. Aquellos coches sin etiqueta ambiental, es decir, los de gasolina anteriores a 2001 y los diésel matriculados antes de 2006, tendrán prohibido el paso y serán susceptibles de recibir una multa de 200 euros.

Sin embargo, las sanciones no comenzarán a imponerse hasta el 15 de diciembre, tras un periodo de tres meses en los que se hará pedagogía y se informará a la ciudadanía.

El Ayuntamiento, encabezado por la concejala de Espacio Público y Movilidad Beatriz Artolazabal, ha recalcado que esta medida es coherente con la estrategia de descarbonización de la ciudad y con las exigencias normativas tanto estatales como europeas.

Según sus palabras, el objetivo principal es proteger la salud pública, reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire en una zona históricamente congestionada. Sin embargo, no todos comparten esa visión. El Real Automóvil Club Vasco Navarro ha recurrido la ordenanza ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, cuestionando la legalidad de algunas de las restricciones impuestas.

La ZBE de Vitoria ha sido concebida como una versión más suave respecto a otras ciudades. Mientras en Bilbao, por ejemplo, ya no pueden acceder al centro los coches diésel de más de diez años desde junio, Vitoria ha optado por un enfoque más gradual.

Se calcula que unos 43.000 vehículos, aproximadamente un tercio del parque móvil local, quedarán inicialmente excluidos de circular por el área restringida.

Sin embargo, a partir de 2030 las limitaciones se ampliarán también a los vehículos con etiqueta B, lo que incluirá muchos más turismos, motos y furgonetas.

La ordenanza incluye una docena de excepciones permanentes, entre las que se encuentran las personas con movilidad reducida, enfermos con justificante médico, vehículos históricos, servicios públicos esenciales y profesionales en edad cercana a la jubilación.

Además, los residentes cuyos vehículos no cumplen con los requisitos actuales dispondrán de un plazo de adaptación de dos años. Este fue uno de los puntos clave que permitió a EH Bildu apoyar finalmente la norma, aunque con matices.

El proceso de implantación de la ZBE no ha estado exento de dificultades técnicas. Algunas de las señales verticales instaladas en un primer momento incluían la denominación “área de prioridad residencial”, lo que generó confusión, ya que esta figura legal implica restricciones aún más duras.

Para corregir el error, se han pegado vinilos sobre esas señales con la nomenclatura correcta. Paralelamente, el Ayuntamiento está ajustando las aplicaciones informáticas que se utilizarán para gestionar todo el sistema de control.

Mientras tanto, la otra gran novedad que entrará en vigor ese mismo día será la ampliación de la OTA, que pasará de 6.000 a 11.000 plazas. Barrios como Arana, Aranbizkarra, Santa Lucía, San Martín y Adurtza se sumarán a la red de estacionamiento regulado.

Esta ampliación también ha generado debate, especialmente entre los vecinos de esas zonas que temen que su vida diaria se complique al tener que adaptarse a una normativa nueva.

En respuesta, el Ayuntamiento ha implementado un distintivo digital específico para profesionales y gremios, que les permitirá estacionar sin límite de tiempo ni necesidad de tique en todas las zonas OTA. También se ha habilitado un sistema gratuito de carga y descarga de 30 minutos.

Desde mayo, una oficina situada en la calle Pintorería informa a los ciudadanos sobre las nuevas medidas. En ella se resuelven dudas sobre excepciones, plazos de adaptación, funcionamiento de las cámaras y otros aspectos técnicos. La intención municipal es clara: que nadie se lleve una sorpresa el 15 de diciembre, cuando la moratoria informativa dé paso a las sanciones económicas.

La medida, que fue aprobada en el Pleno municipal con el respaldo de PNV y PSE, la abstención de EH Bildu y Elkarrekin y el rechazo del PP, sigue generando opiniones encontradas.

Algunos consideran que se queda corta y que debería haber entrado en vigor antes. Otros la ven como una carga innecesaria que dificultará el acceso al centro y afectará negativamente a la actividad comercial y hostelera.

Lo que está claro es que el 15 de septiembre marcará un hito en la movilidad de Vitoria. Una ciudad que, si bien avanza hacia modelos más sostenibles, lo hace en medio de tensiones políticas, resistencias vecinales y desafíos técnicos.

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