Sabadell ha iniciado una nueva etapa en su política de movilidad urbana con la puesta en marcha de su Zona de Bajas Emisiones (ZBE).

Lo ha hecho de forma comedida, bajo presión normativa y con una clara voluntad de reducir al mínimo el impacto en la ciudadanía. La medida, enmarcada en la legislación europea y en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética del Gobierno español, se aplica en todas las ciudades con más de 50.000 habitantes antes de que finalice 2025.
Sabadell se suma así a otras localidades catalanas como Barcelona, L’Hospitalet o Sant Cugat del Vallès.
Desde el pasado 15 de septiembre, el núcleo urbano de Sabadell ha quedado limitado para los vehículos más contaminantes, aunque no será hasta el 1 de diciembre cuando comiencen a imponerse sanciones económicas.
La alcaldesa Marta Farrés ha dejado clara su postura: se trata de una iniciativa activada “por imperativo legal” y que, desde el gobierno municipal, se habría preferido posponer.
No obstante, y pese a sus críticas, el consistorio ha decidido aprovechar el marco legal para aplicar la medida con un enfoque propio, centrado en minimizar el impacto social, económico y comercial.
La nueva ZBE de Sabadell cubre una parte significativa del centro urbano. El perímetro está claramente definido: plaza Catalunya, ronda Zamenhof, calles Vilarrúbias, Brujas, Estació, Marquès de Comillas y Latorre, así como la carretera N-150 entre Latorre y la ronda Ponent, incluyendo también esta última vía.
Durante los días laborables, de lunes a viernes, y en horario de 7:00 a 20:00, los vehículos sin distintivo ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT) no podrán circular por esta área.
Este tipo de vehículos, mayoritariamente gasolina matriculados antes de enero de 2001 y diésel anteriores a 2006, representan solo el 4% del parque móvil de Sabadell. Aun así, la restricción se aplica con una flexibilidad notable.
Hasta el 1 de diciembre, las infracciones no conllevarán sanciones, ya que el Ayuntamiento ha decidido establecer un “periodo pedagógico”. La intención es clara: informar, acompañar y sensibilizar a la ciudadanía sobre el cambio normativo y los nuevos hábitos de movilidad que se desean impulsar.
Una de las claves del modelo sabadellense está en la política de exenciones. Pese a las restricciones, existen numerosos supuestos en los que se podrá circular por la ZBE aun sin distintivo ambiental.
Los vecinos empadronados dentro del ámbito afectado antes del 19 de diciembre de 2024, fecha de aprobación de la ordenanza, podrán hacerlo sin necesidad de realizar trámites.
Lo mismo ocurre con quienes tengan censado un vehículo sin etiqueta o dispongan de una plaza de aparcamiento dentro de la ZBE, ya sea en régimen de propiedad o alquiler.
También se contemplan situaciones particulares justificadas por razones laborales, médicas o de vulnerabilidad socioeconómica. En estos casos, será necesario presentar una solicitud a través de la web oficial habilitada para tal fin.
Además, todo vehículo sin distintivo ambiental podrá acceder hasta 24 días laborables al año a la ZBE, lo que supone un margen significativo para gestiones esporádicas, visitas o traslados puntuales.
El sistema de control de acceso a la zona se basa en la lectura automática de matrículas mediante cámaras instaladas en puntos estratégicos del perímetro. Esta infraestructura tecnológica no solo permite una vigilancia eficiente, sino que también es clave para aplicar las sanciones una vez finalice el periodo de adaptación.
La implantación de la ZBE ha ido acompañada de una campaña de información pública. Desde el Ayuntamiento se han activado múltiples canales para dar a conocer la normativa y resolver dudas.
Se han enviado cartas personalizadas a los vecinos, distribuido folletos informativos en equipamientos municipales, colocado cartelería específica en la zona afectada y lanzado campañas dirigidas a los comercios y mercados locales.
Además, se ha habilitado la Oficina de la ZBE en el edificio de Cal Marcet (calle Pau Claris, 100), donde se ofrece atención personalizada. Las consultas también pueden realizarse por vía telefónica (93 745 33 29) o mediante correo electrónico (zbesabadell@ajsabadell.cat).
Aunque el equipo de gobierno municipal insiste en que no comparte plenamente el enfoque autonómico respecto a la gestión de las ZBE, la alcaldesa Marta Farrés ha querido dejar claro que Sabadell no se desentiende de la emergencia climática. “Tenemos un enorme compromiso con la calidad del aire”, subrayó, recordando que se han plantado más de 300 árboles en la ciudad y que la flota de autobuses eléctricos sigue creciendo.
Farrés, que fue presidenta del Arc Metropolità, entidad que agrupa a nueve grandes municipios del entorno de Barcelona, defendió durante la presentación de la ZBE un modelo de aplicación con exenciones distintas al decretado por el Govern.
Según sus palabras, “esta no es la mejor herramienta”, pero se ha trabajado desde el municipio para que tenga “el menor impacto social y económico” posible. De ahí que se haya diseñado una ordenanza que intenta ser sensible a la diversidad de situaciones entre la población.
El enfoque adoptado por Sabadell refleja una realidad común en muchas ciudades medianas: la necesidad de equilibrar el cumplimiento normativo con la vida diaria de sus habitantes.
En este caso, la administración local ha optado por una implementación gradual, tolerante y adaptada a las particularidades del municipio. Se busca así avanzar hacia una movilidad más sostenible sin generar desigualdades ni resentimiento social.
Lo que ocurra a partir del 1 de diciembre será determinante. Será entonces cuando las cámaras comiencen a registrar sanciones económicas.
Hasta ese momento, Sabadell se enfrenta al reto de educar, convencer y adaptar a la ciudadanía a una nueva normalidad en sus desplazamientos. Una ciudad más limpia, con menos emisiones y más espacio para una movilidad responsable, depende ahora de ese equilibrio entre normativa y empatía administrativa.
Etiqueta: Noticias ZBE



