Huesca da luz verde al proyecto que regulará su Zona de Bajas Emisiones

El Ayuntamiento de Huesca ha aprobado de forma inicial el proyecto y la ordenanza que darán forma a su futura Zona de Bajas Emisiones.

Esto supone un paso clave dentro del Plan de Movilidad Urbana Sostenible y del programa “Muévete en verde” financiado con fondos europeos.

La propuesta, que recibió el respaldo del PP, el PSOE y un concejal no adscrito, pretende reorganizar y regular el uso de las zonas peatonales de la ciudad con un objetivo claro: reducir la contaminación acústica y ambiental, mejorar la seguridad vial, fomentar hábitos de vida saludables y gestionar de forma más eficiente el acceso, la circulación y el estacionamiento en estos espacios.

A diferencia de lo que ocurre en otras ciudades, en Huesca las restricciones de acceso no se vincularán a las etiquetas medioambientales de la DGT, por lo que ningún vecino tendrá que cambiar de vehículo para adaptarse a la normativa.

El diseño de la ZBE contempla tres áreas diferenciadas: la zona de prioridad peatonal, con acceso restringido y controlado por cámaras; la zona 20 de prioridad peatonal, de acceso libre pero con señalización específica y limitación de velocidad; y las Zonas de Especial Sensibilidad, que abarcarán entornos como colegios, hospitales y residencias, con medidas adicionales de protección.

La ordenanza establece que el control de accesos se gestionará a través de un registro vinculado a la matrícula de cada vehículo, con categorías específicas para residentes, invitados, empresas o servicios especiales.

Los permisos de carácter fijo tendrán una vigencia de dos años y se renovarán previa notificación al titular.

También se contemplan autorizaciones temporales para actividades puntuales como mudanzas, reparaciones, carga y descarga de mercancías o servicios funerarios, con excepciones para casos concretos como el transporte de seguridad bancaria.

Para garantizar el cumplimiento de la norma, se instalarán cámaras en los puntos de control y se habilitarán terminales en determinados comercios, permitiendo que estos gestionen directamente el acceso de clientes o proveedores.

La regulación incluye además una limitación para evitar abusos: no se podrá combinar en un mismo trayecto un permiso permanente con uno ocasional.

El concejal de Urbanismo, Iván Rodríguez, defendió que este modelo está pensado para la realidad de Huesca, donde gran parte del centro ya es peatonal, y que se busca una transición ordenada sin imponer restricciones que provoquen un rechazo generalizado.

Según explicó, la intención es compatibilizar la movilidad urbana con la protección medioambiental y la vitalidad económica del casco histórico.

La aprobación inicial de la ordenanza abre ahora un periodo de exposición pública de treinta días, durante el cual cualquier ciudadano o entidad podrá presentar alegaciones o sugerencias.

Este trámite será clave para medir el grado de aceptación social de la propuesta y para introducir posibles modificaciones antes de su aprobación definitiva.

Aunque todavía no hay una fecha cerrada para la implantación completa de la ZBE, el Ayuntamiento ya ha dejado claro que el nuevo sistema implicará un cambio sustancial en la forma de acceder y circular por el centro de la ciudad, combinando control tecnológico, regulación específica y flexibilidad para actividades necesarias.

El debate sobre la ZBE en Huesca se centra ahora en cómo equilibrar la mejora de la calidad ambiental con las necesidades de movilidad de vecinos y comerciantes.

Para el equipo de gobierno, la clave está en que la medida no expulse actividad del centro, sino que lo haga más atractivo, seguro y sostenible.

La respuesta de la ciudadanía durante el periodo de alegaciones determinará si la propuesta avanza sin cambios significativos o si deberá adaptarse para lograr un consenso más amplio.

Etiqueta: Noticias ZBE
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